Un niño y su perro se disponen a ver una ballena. Somos nosotros, quizá. La escritora está dispuesta a darnos unos cuantos consejos presididos por la calma y la atención. Lo importante es no distraerse con tantas cosas que nos rodean. Centrarse solo en la tarea del avistamiento y estar dispuestos a dedicarle tiempo. Un poema tranquilo que a partir del estribillo: "Si quieres ver una ballena" va dando entrada a varias recomendaciones: espera y paciencia, y al final, es posible que lo consigamos. Las ilustraciones también son serenas en el trazo y en los colores y la presencia del color blanco ofrece al lector mucho espacio para disfrutar de los detalles y la tranquilidad.Una delicia.