El burrito Platero acompaña al poeta en sus recorridos por Moguer. Los sentimientos del animal se identifican con los de Juan Ramón y así las emociones que le provocan la naturaleza, los olores y colores, la injusticia, las gentes, la crueldad, a veces, pasan por ambos. Pequeñas piezas en un tono lírico que van más allá del costumbrismo. Platero y yo es más que una lectura escolar, las palabras de Juan Ramón Jiménez despliegan una gran potencia para ponernos en contacto con una naturaleza compleja y también sencilla. La relación que se da entre Platero y el poeta llena de ternura y de confidencias es el ejemplo de una relación feliz entre dos amigos. Más allá de las anécdotas descubrimos las posibilidades de las palabras para llevarnos más allá de su significado literal y proyectarnos hacia otros terrenos más hondos que solo la poesía desvela.

Raquel López Royo