El autor incide en la interacción entre dos ecosistemas diferentes: el natural y el urbano mostrando con metáforas sugerentes la necesidad de alcanzar un equilibrio entre ambos. Al principio, no había nada, bueno, había árboles y algunos animales; pero nada a los ojos del señor C, que inicia la construcción de una gran ciudad. Así comienza este libro que nos lleva a reflexionar sobre el impacto que se ejerce en el entorno natural y cómo el progreso va ganando terreno y destruyendo los paisajes. A través de una mirada literaria, contemplamos cómo se han creado necesidades no esenciales para vivir en las ciudades, dejando de lado el entorno natural. El minucioso trabajo de ilustración que habla a través del color, presenta una naturaleza que avanza cubriéndolo todo, e inundando las páginas con los tonos verdes y marrones cálidos de su flora, que atrae a zorros, conejos, garzas y herrerillos. Pero esto no satisface al hombre, y el espacio urbanizado, con sus fríos grises y negros, que va construyendo, hace retroceder paulatinamente a la naturaleza, expulsando a todos los animales que allí vivían. Finalmente, gracias al herrerillo (metáfora del “hogar”), volverá a crear un nuevo lugar donde vivir, integrándose en la naturaleza de forma más respetuosa.Biblioteca Pública Municipal de Medina del Campo