Evie quiere ser normal, pero más bien es especial, tanto por su físico como por el talento que posee, ese don heredado de su mamá y de su abuela Flora, que le permite hablar con los animales. Evie utilizará ese don para salvar a los animales de alguna desgracia como ya hizo su mamá, y anteriormente su abuela. Conocemos a todos los animales que aparecen en el libro a través de las ilustraciones en blanco y negro de Emily Gravett. Su papá, su abuela, la maestra, Leonora, Sam, Ramesh y Mortimer, encarnación del mal y de la muerte y de la propia desgracia de su familia, van marcando la historia personal de Evie, cuyo fin es cuidar de los animales.

Haig nos conciencia del cuidado del medio ambiente, así como de la importancia de los animales para hacer el bien y no verlos como enemigos. La muerte, la cárcel o las redes sociales y la importancia de la familia van parejas a las andanzas tiernas y empáticas de Evie.

Biblioteca Pública Municipal de Arroyo de la Encomienda (Valladolid)