La fuerza imparable de la naturaleza se presenta con la forma de un bebé verde que entra en una comunidad a dar frutos sin parar, a reverdecer lo muerto y a hacer florecer los prados y las casas. Se trata de una alegoría ecológica acompañada de unas ilustraciones hiperrealistas y surrealistas que causan extrañeza y desasosiego en los lectores. Parece que la naturaleza se ha deshecho de las ataduras impuestas por los humanos y se vuelve exuberante hasta invadir incluso el territorio civilizado como las casas y las vías del ferrocarril, regalando verduras, frutas y flores por doquier. Un libro que invita a ser agradecidos con la tierra y a cuidar de la naturaleza para que ella cuide de nosotros. Si en un primer momento, la mujer de la pareja no parece aceptar al bebé, cuando este se ve amenazado lo defenderá reclamando su lugar: “Deberíamos dar la bienvenida a esta semilla en nuestra casa. Hasta ahora nosotros hemos vivido en la suya”. En otoño el bebé desaparece, pero los habitantes del lugar lo esperan para la primavera. A Mano Cultura