Wakagi es un hombre corriente que al llegar la noche sueña que es una planta, un animal y toda clase de seres que habitan en un jardín y que al dormir se transforma en lo que sueña. Y a través de esas transformaciones (plantas, lluvia, viento…) termina percibiendo el jardín como una escuela. Al final del libro, Wakagi se siente preparado para despojarse de todo lo material y acaba convirtiéndose en un saltamontes y desapareciendo entre la hierba. Wakagi representa la vida actual (ruidos, prisas y alejamiento de los sentidos) y lo que hace es romper con sus problemas cotidianos volviendo a conectar con su origen, su esencia natural, los animales, las montañas o la lluvia que existieron antes que él. El lector puede hacer varias interpretaciones. El jardín de sus sueños representa nostalgia y anhelo de ser libre como esos animales en los que se convierte. Pero para saborear la plena libertad tiene que romper con lo que realmente es, y cada sueño simboliza sus dudas; hasta que siente en su corazón que debe dar el paso definitivo. Un libro desplegable en acordeón que ofrece un exquisito mural de estilo japonés envuelto en el tono lírico del haiku y que propone ya no solo un ecotono entre la naturaleza y el ser humano sino una verdadera fusión sin límites. Los dos ya son solo uno. Biblioteca Pública Municipal de Navalmanzano