Tove Jansson, premio Hans Christian Andersen, pintora, escritora, ilustradora, nos cuenta en veintidós pequeños capítulos las relaciones de una familia compuesta por una abuela octogenaria, su hijo y su nieta Sofía, entre sí y con la naturaleza de la isla del Golfo de Finlandia en la que viven durante el verano. Una abuela ex-scout, que fuma, bebe coñac, dice palabrotas y esculpe maderas muertas con las que luego adorna el maravilloso bosque mágico de su isla. Que se entristece cuando su hijo arranca el césped donde florecen las margaritas, que su madre adora, para plantar tulipanes holandeses, o se horroriza cuando se construyen casas de veraneo en otras islas, destruyendo el paisaje o arrancan árboles para construir una carretera. La abuela y la nieta pasan esos veranos inventando historias para explicar cómo un pato murió de amor o escribiendo en serio un “Tratado sobre las lombrices partidas en dos”, jugando a hacer canales venecianos en el musgo, contando anécdotas, peleando entre ellas “¿Cuándo te mueres?”, pregunta su nieta, amándose profundamente, aunque, a veces, no se entiendan. Y sientes que estás allí con ellas en sus paseos, disfrutando del sol, de la luz, de la arena entre los dedos de los pies, del agua salada cuando se bañan y hunden sus cabezas en el mar, de la brisa marina y los chillidos de las gaviotas que te pasan rozando, o esos cielos de tormenta. Por cierto, ¿hay hormigas en el cielo? Biblioteca Pública Provincial de Ávila