El cerdito de este cuento no tiene nombre. En la narración se le llama “cerdito” y al igual que a todos los cerditos lo que más le gusta es revolcarse en el lodo, pero su granjera un día le limpia la pocilga y hace desaparecer su querido lodazal. A partir de este momento, el cerdito irá a buscar otros lugares sucios donde poder revolcarse y vivir a gusto. Esto le sirve para mostrarnos sus sentimientos sobre los distintos lugares por los que va pasando y que nos son tan cotidianos: otro barrizal lleno de animales que lo molestan, un estercolero o la gran ciudad. Las ilustraciones son sencillas y divertidas, con escasos colores ya que solamente utiliza distintos tonos de marrón, azul, verde y negro. Este libro nos puede servir para abordar varios temas, como el de la basura, las emociones, el respeto a los demás o enfrentarse a los problemas sin salir huyendo de ellos…

Biblioteca Pública Municipal de Montemayor de Pililla (Valladolid)